El color que no existe
De tanto en tanto
de murmullo a murmullo
dentro del ruido
yace el corazón inquieto
el alma en quebranto
la consciencia adormida.
Tan fácil reposando entre almíbar,
adentrarse en lo infrahumano
talvez humano, pero no del actual
sólo la respiración y el pesar.
Ya adentro, en lo seguro
un nuevo color aparece.
Cual rebosante alegría
el alma descubriendo el alba eterno.
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